jueves, 31 de marzo de 2011

ABSURDISTÁN: sus hijos




Los hijos de Absurdistán prenden fogatas en plena media noche (que realmente es medio día) y luego, cuando la llamarada sobrepasa algo que ellos llaman horizonte, proceden a apagarla con sus propios orines, así, dicen, se regodean sabiendo que nadie sabrá, ni supo, que alguna vez pidieron auxilio, que solo el humo invisible en plena noche (día) será el testigo sordomudo de su orgullo: el de sufrir sin medida ni responsabilidad, hasta que a alguien más se le ocurra prender otra pira.
Ellos dicen que es una terapia para los riñones. Yo, personalmente, les creo por temporadas. Y busco gasolina en alguna boca de sus hijas, las hijas de Absurdistán, pero ellas solo tienen gas lacrimógeno en sus lenguas. Es ahí cuando me dicen bienvenido, toma un alacrán y entra. Y entonces me vienen unas ganas olímpicas de orinar.

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