domingo, 3 de julio de 2011

ESQUIRLAS COMO LUZ EN LA FRENTE (Santiago B.)

Si entonces la noche, su olor a madera quemada,
a ceniza sobre el mar, sus bisagras de aire, su sonido invisible,
fuera una noche bajo otra noche, en otros ojos
que no estuvieran en este lado dormido del mundo,
buscando las razones para el frío,
el silencio de las aves flotando en el aire casi inerte.
Si entonces, esta oscuridad no fuera un castillo
incrustado en la altura de la diástole,
un fantasma atravesando los campos de la niebla
como quien atraviesa los campos de la nada.
Si entonces una daga un corazón un beso
no fueran una daga un corazón un beso,
y la piel del lomo de la bestia de la noche
al fin descansara en la ceguera del cielo,
en el grito de las estrellas muertas siglos ha.
Si entonces, tu nombre volviera como humo de incienso
a entrar por la puerta de mis barcos,
a posarse sobre los mapas, los instrumentos,
sobre las manos en el pecho a manera de cubrir la bala,
el mordizco, la gangrena de esta noche, si entonces.